Principalmente hay dos factores que contribuyen al poco interés que los hombres tienen en este tema, el primero de ellos es social y se relaciona con el rol que representa el varón en la relación de pareja, el cual, tradicionalmente le ha mantenido ajeno a los métodos de planificación familiar. El otro determinante es circunstancial y está ligado al hecho de que no existe un método anticonceptivo óptimo que dependa exclusivamente del varón y que garantice una apropiada prevención del embarazo a diferencia de lo que ocurre en el caso de las mujeres y los anticonceptivos hormonales.
En un estudio sobre este tema, realizado en un país sudamericano, fue interesante descubrir que un importante porcentaje de varones conocía sobre los métodos de prevención del embarazo, pero, llamativamente, no los utilizaba en el mismo porcentaje en que los conocía, es decir, el conocimiento es puramente teórico. Por otra parte, en otro estudio latinoamericano, de todos los varones que asistieron a una consulta sobre Salud Reproductiva, solo el 9% lo hicieron por interés en conocer una alternativa en la que puedan participar activamente. También fue interesante observar las diferencias en el uso de los distintos métodos dependiendo de la edad de los encuestados, el nivel de escolaridad y si provenían de un área urbana o rural. En términos generales, el método más conocido y utilizado es el preservativo, sobre todo, por su fácil disponibilidad y uso. En cuanto a la vasectomía, que es una alternativa muy eficaz, menos del 60% de varones la conocían y, desde luego, un porcentaje muy bajo, la habían adoptado.
Los estudiosos de este tema proponen varias soluciones desde la perspectiva de la Salud Pública, estas propuestas radican básicamente en dos estrategias: la primera, fomentar la educación en Salud Reproductiva dirigida a los varones ya que, ni social ni biológicamente, el hombre es indiferente a esta realidad y la segunda, promover el empoderamiento de las mujeres con orientación a un cambio de paradigma para dejar atrás el rol subordinado que han tenido tradicionalmente en las toma de decisiones sobre su propia salud y bienestar.
Ya en el plano personal y en la relación de pareja, es fundamental la comunicación íntima pero abierta para tratar el tema de la Salud Reproductiva con el fin de alcanzar objetivos comunes que fortalezcan los lazos afectivos y sean la base de un grupo familiar sólido. En todas las etapas de este proceso, el asesoramiento del especialista en Ginecología y Obstetricia, a través del conocimiento técnico y la natural empatía hacia sus pacientes, juega un papel fundamental y debe ser un factor constante.
En el Instituto de Salud Integral de la Mujer
guiamos a la mujer y su pareja sobre su salud reproductiva con acciones que redunden en una vida más sana en general.
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