Las enfermedades no
transmisibles como la diabetes son una epidemia silenciosa que afecta a gran
parte de la población mundial causando graves efectos en la salud y calidad de
vida de las personas y también grandes costos para los sistemas de salud. Durante el mes de noviembre se celebra el Día
Mundial de la Diabetes como una forma de crear consciencia de la gravedad de
esta enfermedad y proveer de la mejor de las herramientas para la prevención:
la información y el conocimiento.
Uno de los grupos más vulnerables frente a la epidemia de la diabetes, lo constituye el de las mujeres embarazadas. La diabetes gestacional se define como la intolerancia a la glucosa (azúcar de la sangre), que se manifiesta por cifras elevadas de glucosa y que hace su aparición durante el embarazo. Hablando de cifras, la prevalencia de diabetes gestacional, es decir, el número de mujeres en porcentaje, que padecen de esta enfermedad, alcanza hasta el 26%.
Existen varios factores de riesgo para la diabetes gestacional, sin embargo, los factores determinantes parecen ser los factores genéticos, el sobrepeso y la obesidad. Durante el embarazo, de manera natural, aumenta la resistencia del cuerpo a los efectos de la insulina, que es la hormona que permite el uso de la glucosa por las células. Este aumento en la resistencia a la insulina es mucho mayor en personas con predisposición genética y obesidad. Entre otros factores asociados a la aparición de diabetes gestacional están también la edad mayor de 35 años y la dieta rica en grasa.
Los efectos de la diabetes gestacional pueden observarse tanto en la mujer gestante como en el bebé que está en camino. En la mujer, la diabetes gestacional aumenta el riesgo de requerir una cesárea y no poder tener un parto normal y, por otra parte, aumenta el riesgo de padecer preeclampsia que es un aumento anormal de la presión arterial durante el embarazo; desafortunadamente a su vez, la preeclampsia también genera importantes riesgos para la salud materna. En cuanto a los efectos que tiene sobre el niño, los más importantes son la macrosomía, que es el tamaño anormalmente grande del recién nacido, y el riesgo de hipoglicemia inmediatamente después del nacimiento. Estas dos situaciones generan gran preocupación por el riesgo de muerte que tienen estos niños. Además de los efectos que aparecen en las últimas semanas del embarazo y en las primeras horas de vida, se conoce que los hijos de madres con diabetes gestacional tienen un riesgo aumentado de padecer diabetes y obesidad incluso desde la temprana infancia y en su vida adulta.
La prevención y la detección oportuna son las armas más efectivas para combatir la diabetes gestacional. En cuanto a la prevención, mantener un peso saludable antes del embarazo parece tener un efecto muy positivo. Por otra parte, la detección oportuna, consiste en identificar lo más pronto durante la atención de la mujer embarazada, factores de riesgo que predispongan a la diabetes gestacional, si la mujer tiene sobrepeso, edad mayor a 35 años o antecedentes de diabetes en un embarazo previo, se debe realizar una prueba de tolerancia a la glucosa lo antes posible, si es negativa, se deberá repetir esta prueba entre las semanas 24 y 28 del embarazo. Una vez diagnosticada la diabetes gestacional, los cambios en el estilo de vida y el control de la glucosa con ayuda de fármacos o insulina, son indispensables para evitar complicaciones.
Al instituto de salud integral de la mujer nuestro principal objetivo es servir y satisfacer las necesidades de la población fémina.