Infecciones Virales en el Embarazo
Dr. Jorge Paredes • 16 de febrero de 2020
Información importante a tener en cuenta
Los virus, a pesar de su pequeño tamaño, son microorganismos complejos. Afortunadamente no todos los virus son capaces de causar enfermedades en los seres humanos, por otra parte, la gran mayoría de infecciones causadas por virus son autolimitadas, es decir se curan sin ningún tratamiento específico y no dejan secuelas permanentes. Por ejemplo, el virus del resfriado común, causa síntomas, ocasionalmente severos, sin embargo, en muy pocas ocasiones genera un cuadro clínico que revista gravedad o ponga en peligro la vida del paciente.
El embarazo constituye una condición que exige un importante gasto de energía por parte del organismo de la mujer, por este motivo durante la gestación, existe una particular vulnerabilidad para enfrentar cualquier tipo de enfermedad, esto sin contar con la perspectiva que implica el hecho de tener un producto cuyos aparatos y sistemas son tan inmaduros que no pueden funcionar independientemente fuera del útero hasta el final de la gestación.
Enfermedades de transmisión sexual:
- Hepatitis B
- Hepatitis C
- Virus de la inmunodeficiencia humana o VIH
- Herpes genital
- Papilomavirus
Enfermedades que no son de transmisión sexual:
- Citomegalovirus
- Varicela
- Parvovirus
- Rubeola
Los efectos que las infecciones causadas por estos virus abarcan un gran espectro de posibilidades, desde la transmisión de la enfermedad de la madre al feto como es el caso de la infección por virus de la inmunodeficiencia humana que puede incluso transmitirse durante el parto, hasta malformaciones congénitas como las causadas por citomegalovirus o rubeola. Cabe recordar la recomendación de realizar el primer control prenatal durante el primer trimestre del embarazo, en esa primera cita prenatal con el especialista en Gineco-Obstetricia, se tiene la oportunidad de hacer una evaluación de los factores de riesgo para infecciones de transmisión sexual y solicitar pruebas diagnósticas para infección por hepatitis B y virus de la inmunodeficiencia humana HIV. También se debe indagar acerca del estado de inmunización para rubeola, solicitando los anticuerpos respectivos si fuera el caso.
En general se conoce que hasta un 2.5 % de recién nacidos pueden adquirir una infección intrauterina, lo curioso de estas infecciones es que la mayor parte de ellas suelen ocurrir sin síntomas para la madre, e incluso, los recién nacidos pueden estar asintomáticos durante sus primeros días de vida. Otra situación importante desde el punto de vista médico es que, mientras más temprano ocurran durante la gestación, más graves serán las manifestaciones. Finalmente se conoce que muchas de estas infecciones son las causantes de abortos no provocados y malformaciones fetales.
Como en todas las enfermedades que pueden ocurrir durante el embarazo lo más importante es una detección oportuna y el abordaje por parte de un especialista calificado. En ciertos casos se puede tomar medidas para evitar el contagio de la madre al feto y en otros, realizar un diagnóstico oportuno puede facilitar la adopción de medidas para mitigar los efectos de la infección.